
El periodo de sueño que más ha atraído la atención de los científicos y fascinado a la gente en general es aquella en la que soñamos. La fase en la que dormimos pero no soñamos ha sido considerada a menudo como menos interesante, pese a que bastantes científicos se han sentido intrigados sobre el motivo de las muchas horas que pasamos durmiendo sin soñar.

El periodo de sueño que más ha atraído la atención de los científicos y fascinado a la gente en general es aquella en la que soñamos. La fase en la que dormimos pero no soñamos ha sido considerada a menudo como menos interesante, pese a que bastantes científicos se han sentido intrigados sobre el motivo de las muchas horas que pasamos durmiendo sin soñar.
Ahora, sin embargo, un nuevo estudio otorga a esa fase "aburrida" del sueño un papel más llamativo que el que parecía tener, y sugiere que recargamos nuestra capacidad de aprendizaje durante esta fase del sueño tradicionalmente menospreciada, que puede durar hasta la mitad del tiempo que pasamos durmiendo.
Dormir consta de dos etapas importantes: La de sueño de movimientos oculares rápidos, que es cuando solemos soñar, y la de sueño sin movimientos oculares, que incluye lo que se conoce como Sueño de Ondas Lentas.
Unos investigadores, de la Universidad de California en Berkeley, han encontrado evidencias convincentes de que ciertas ráfagas de ondas cerebrales pueden ejercer de redes de conexión entre regiones clave del cerebro, a fin de realizar operaciones que sirven para despejar una vía de aprendizaje
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